GRAN TRAVESÍA LLANCÀ-FLACÀ

Por El Port de la Selva, Cap de Creus, Port Lligat, Cadaqués, Roses, Ampuria Brava, L'Escala, L'Estartit, Palau Sator, Pals, Peratallada y Monells.

Fechas: 17, 18 y 19 de mayo de 2022.

Distancia: 160 kms.

Desnivel acumulado: 2900 mts.

Participantes: Pere Pérez, Chemita, J. Segarra y José Luis.

Ficha estadística 1º y 2º jornada:


Ficha estadística 3ª jornada:

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Mayo es un mes sinónimo de aventura MTB. Y, después del parón pandémico, había hambre. Así que, estos cuatro locos, (echamos mucho de menos a algunos miembros que, por diferentes causas no pudieron acompañarnos), nos confabulamos en cumplir un sueño: seguir toda la costa brava del Alt Empordà para, finalmente, adentrarnos para recorrer pueblos que constituyen verdaderas joyas de "la nostra terra".

Iniciábamos, como siempre, la aventura a bordo del tren. Pere se iba a subir en nuestro tren, pero vio pasar uno antes y sintió un impulso irresistible. El hecho es que viajo tan tranquilo que iba solito en el tren.


José Luis, convaleciente del Covid, se agenció una bicicleta eléctrica para estos tres días. Después de ponerle el portaequipajes, las alforjas con la bolsa delantera, la bauticé como "la bestia". Estaría en torno a los 30 kg...


Pere no tuvo tiempo de prepararse adecuadamente y alquió igualmente otra ebike, solo que la suya era un auténtico "pepino", una BH de un diseño y unas características espectaculares.


Empezábamos a pedalear a las 9'40 h y no teníamos ni idea de lo que nos esperaba. Y lo decimos en un doble sentido: primero por la belleza indescriptible de las vistas. Ciertamente no es posible encerrar en una fotografía la inmensidad y la belleza del paisaje costabravense.






Y segundo, por las dificultades a las que nos íbamos a enfrentar...

El recorrido empezó siendo amable, agradecido, regalándonos un paseo tranquilo y bello... hasta El Port de la Selva. A partir de ahí nos adentramos en el gran Cap de Creus, natural, salvaje e incivilizado. Un recorrido parecido nos golpeó hace unos años hasta en el carné de identidad. Pasamos por la cala Taballera y aquello nos marcó hasta el punto de juramentarnos que nunca más. Así que trazamos un recorrido alternativo que coincidía con el GR11. ¡Ingenuos de nosotros! Creíamos que la inciales GR (Gran Ruta) sería una suerte de autopista para senderistas, ¡JA! Nos encontramos con un tramo de unos 500 mts en el que teníamos que vencer otros tantos de desnivel, a base de peldaños formados por pedruscos que teníamos que superar a pié, empujando la burra primero, frenándola después para que no volviera a descender y subir uno mismo después. Así durante mucho, mucho, pero mucho tramo, y con un calor que mimetizó nuestros rostros con nuestro maillot rojo. Terrible; si no llega a echarme una mano Chemita empujando "la Bestia" todavía estoy allí.

Finalmente, y agotados, llegamos al Cap de Creus. El espectáculo estaba servido.




No podía faltar el faro del Cap.


Tras la paradiña en el faro de Cap de Creus proseguimos marcha, mucho más rápida, camino de Port Lligat...



Y Cadaqués, donde nos hidratamos convenientemente y comimos un pequeño tentempié.


Cadaqués nunca defrauda. El encanto de pueblo pequeñito con ecos pescadores y suscrito al amigo Mediterraneo está tan metido entre sus calles que nunca se cansa uno de visitarlo.



A partir de ahí, sobre las 15'- h y con una temperatura que podía superar los 30º, iniciamos la temida ascensión que hay entre Cadaqués y nuestro destino, Roses. Sin embargo, no todo fue sufrir. Las vistas que ofrecía el camino con Cadaqués al fondo hacía que mereciera la pena.


En el trayecto pasamos por la famosa cala Montjoi donde el Bulli1846 sigue renovándose...





Finalmente, a las 19'-, ¡casi 8 horas y media después! con 1500 mts de desnivel superados en poco más de 50 km, llegábamos a Roses. Estábamos tan cansados que veíamos la luz al fondo del túnel, del cual tratábamos de huir...


Pocas horas después, la bella ciudad costera nos regalaba un atardecer de postal.


La segunda jornada poco tuvo que ver con la primera. Después del susto que nos dio "la Bestia" que se negaba a encenderse y por cuyo motivo salimos algo tarde, iniciamos la andadura ciclista. 
El ánimo estaba recuperado y por todo lo alto.


Roses, por la mañana, preciosa.






La ruta siempre se mantuvo cerca de civilización, con toboganes rompepiernas, pero nunca hasta el punto de pensar en el suicidio como ocurrión el día anterior. Y disfrutando de los otros "mares" de los grandes campos de trigo mecidos por el viento: precioso.


A medida que nos aproximábamos a la zona de los aiguamolls de L'Empordà, el paisaje también se tornaba más frondoso y rodeados de muchos tipos de aves.





Pasamos, aunque fuera rozando, las ruínas de Ampuriabrava.


Y por la propia ciudad homónima, cuya imagen tan característica no defrauda nunca.



Poco después, pudimos visitar la casa-museo donde nació Víctor Mora, el creador del antiguo e inolvidable cómic de El Capitán Trueno.


A continuación hicimos un pequeño alto en la preciosa población costera de L'Escala. En su resturante "Ultramar", en un entorno idílico por su situación frente al mar, disfrutamos entre otras de sus famosas anchoas, presentadas de un modo que nos dejó realmente sorprendidos.




Solo nos quedaba superar el macizo que nos separaba de L'Estartit, nuestro destino de ese día.
No fue un paseo, pero si fue muy ameno. Pudimos visitar las ruínas del antiguo asentamiento militar de artillería.


Tras el rápido descenso, enseguida pudimos divisar L'Estartit frente a nosotros.


Lo primero que hicimos al llegar al Hotel Nereida, (muy bueno, salvo que su piscina parecía haber salido de una escena de "Miami antivicio") fue ducharnos y bajar a la piscina, donde nos desquitamos de todo el calor del día.



Después recorrimos el paseo marítimo, desde donde contemplamos distintas perpectivas de la población y de las inefables Medas enfrente, hasta llegar al impresionante final del paseo marítimo.


La tercera y última jornada suponía un cambio muy pronunciado. Dábamos la espalda a nuesto marítimo compañero hasta ese momento y nos adentrábamos en una ruta que muy bien bautizamos como "la de los pueblos con encanto".

Palau Sator, Pals, Peratallada, Monells, etc, solo fueron algunos por los que callejeamos. 


Fontanilles...


Palau-Sator...









Castell de L'Empordà...


Pals al fondo. En primer plano un espectáculo que ya quisiera Pals...


Monells...








En Monells, cuya plaza fue desde la que Rosa Mª Sardà se dirige al pueblo en la películo de "8 apellidos catalanes", pudimos hidrtarnos y descansar un rato.


Millàs...


La Pera...


Una redundancia, ;-)




Finalmente llegamos a destino. Habian sido 160 km aprox. Muchos altos superados. Pero la cantidad de experiencias e imágenes fueron muy superiores.


El viaje de regreso del tren es diferente siempre al de la ida. Hay cansancio, nostalgia, incluso melancolía. Una mezcla de satisfacción por lo disfrutado, pero con ganas de llegar a casa también.

Lo que queda es otra gesta. Ya no somos los de hace 10, 12, 14 años. Pero aquí estamos, venciendo de nuevo dificultades y desafíos. Seguimos haciendo historia; elevamos el listón, año tras año. Una palabra resume lo que hay en nuesto corazón a estas alturas de la historia: ORGULLO.