Valls - Pont de L'Armentera - Santes Creus - Vilarodona - Valls

Distancia: 48 km. aprox.
Duración: 4 h 30 min.

La primera de 2016 no iba a ser de mero trámite. Diez de los "Nasíos para demarrar" quisieron demostrar que el parón de 2015 fue mera anécdota.


Efectivamente, Lino, Pedro López, Pedro Pérez, José Luis, Segarra, Chemita, Mario, Alfredo, Alfonso y el "Presi" Juan Carlos, acordaron que el 25 de enero de 2016 iba a ser una jornada para recordar. 
Una travesía cargada de historia y de significado. A continuación hacemos un "corta y pega" del texto que acompaña a esta ruta en la web Wikiloc:

"Una àrea tan dinàmica com el Camp de Tarragona ha generat, al llarg de la història, una gran circulació de persones, animals i mercaderies. Del Camp cap al Pirineu, passant per l’altiplà de la Segarra, hi havia hagut l’important camí dels Muntanyesos, el qual permetia baixar fusta de les muntanyes de l’Alt Gaià cap als ports de la costa, i a l’inrevés, permetre el pas dels ramats que cercaven pastures fresques. El Pont d’Armentera devia ser un lloc clau d’aquest camí perquè es troba estratègicament situat allà on el riu Gaià comença a encaixar-se per entre el muntanyam. Etimològicament, el nom d’aquest poble ja ens dóna moltes pistes: armentaria en llatí significa ‘relatiu al bestiar’. Un indret on devia existir algun tipus de pont que permetia al bestiar creuar el riu i continuar el camí cap a les pastures de la Segarra i el Pirineu. Parts d’aquesta important ruta encara es conserven, envoltada de marges i barraques de pedra seca, i la seguirem entre Valls i el Pont. La tornada la fem pel GR que ressegueix el riu Gaià fins a Vila-rodona i que forma part de la Ruta del Cister. De Vila-rodona al punt d’inici anirem per trams del camí Ral de Vilafranca a Montblanc, l’origen del qual es considera anterior a l’època romana i que constituí la via que enllaçava la plana penedesenca amb Ilerda sense haver de passar per Tarraco."

Vayamos a la crónica de la ruta:

Una vez llegamos a Valls, procedimos a lo que se ha convertido en el primer trámite, ya de carácter imprescindible: zamparnos un buen desayuno. A continuación, el segundo trámite: posar para la posteridad.


Nos pusimos en marcha y pronto nos vimos cabalgando en pistas duras, muy pedregosas aunque perfectamente transitables y, que nos dejarían los brazos, al final de la jornada, echos un flan.

No tardamos mucho en hacer la primera parada, que aprovechamos para quitarnos capas de abrigo... y para seguir zampando... 


Día nublado, algo fresco, pero sin llegar a desapacible. Lo suficiente para permitirnos disfrutar del paisaje típico del interior del sur de Cataluña.

N





La ruta nos iba a brindar notas tan interesantes como aljibes hechos por los pastores, construcciones que retenían el agua de la lluvia y que permitían abrevar al ganado.


Pronto llegamos a Santes Creus, una población llena de interés por su ubicación en plena ruta del Císter.


Santes Creus sorprende por su estética sobria y monumental. La plaza donde hicimos alto y pudimos descansar constituía la perfecta mezcla de paz e historia.


Una población llena de rincones tan llenos de paz como elegantes y bellos.



Otra foto para la posteridad. ¡Hasta aquí llegaron los "Nasíos"!


Pero la travesía no iba a ser el paseo de los amiguitos de "Chanquete". Iba a presentar algunas dificultades que lejos de amedrentarnos, nos la hicieron divertida y aventurera.




El Camp de Tarragona... con sus innumerables vides pendientes de florecer. Tierra dura pero agradecida. Dura para los ciclistas que no tengan una buena suspensión. Agradecida para quienes dentro de un breve tiempo disfruten del mejor vino de la tierra.


¡Y por fin! ¡Aquello por lo que merece la pena madrugar y pegarse 5 horas encima de la burra! Buena cerveza, buen vino, buen yantar y... el mejor humor.





Ha caído una ruta más. Si Dios quiere, no será la última. Todas las realizadas y las que seguiremos completando no harán sino agrandar el historial de un grupo ya legendario. ¡Enhorabuen, "Nasíos"!